Las principales complicaciones de la Disfagia
Las personas que tienen dificultad para tragar a menudo reducen las porciones de los alimentos y la variedad de ellos debido a la pérdida de apetito o a molestias al tragar.
Otra de las causas por las cuales los pacientes con dificultades para tragar reducen su ingesta alimentaria es la poca atracción hacia la alimentación triturada. Los colores repetitivos y los sabores irreconocibles pueden ser algunos de los motivos de este desinterés.
No debe olvidarse, además, que las personas con disfagia suelen presentar enfermedades crónicas, como cáncer, enfermedad de Alzheimer, ictus o Parkinson, que conllevan un incremento de las necesidades nutricionales.
Todo ello puede explicar por qué las personas que sufren este síntoma tienen mayor riesgo de pérdida de peso y desnutrición. Los datos publicados en revistas médicas citan una
prevalencia de malnutrición de hasta un 40% en personas mayores con disfagia que
viven en residencias de ancianos.
Consulte a un especialista si en las últimas semanas o últimos 3 meses la persona que tiene dificultades para tragar ha perdido peso de manera involuntaria. Existen en el mercado productos específicos de la gama de Alimentación Básica Adaptada y fórmulas nutricionales que favorecen el mantenimiento o recuperación del estado nutricional en el paciente con disfagia.
El miedo a atragantarse, a toser durante o después de cada trago, o bien el deterioro de la sensación de sed propio de las personas mayores, son las causas de que estos pacientes beban poco. La baja ingesta de agua provocada por estos factores es, por tanto, la razón del elevado riesgo de deshidratación en el paciente con dificultades para tragar.