El ictus es un déficit de funcionamiento de algunas áreas delSistema Nervioso Central debido a una alteración de la circulación cerebral. Según la alteración pueden ser de origen isquémico o hemorrágico. El ictus provoca afectaciones motoras y sensitivas en el paciente, transitorias o permanentes, que impactan sensiblemente en su calidad de vida. La disfagia es una de las secuelas que más afectan al paciente. Ésta puede ocasionar graves complicaciones, siendo la desnutrición una de las más importantes. Debe evaluarse el estado nutricional de los pacientes con ictus e iniciar lo antes posible el soporte nutricional adecuado.
El ictus o enfermedad cerebrovascular aguda es la manifestación de un déficit transitorio o permanente del funcionamiento de áreas del Sistema Nervioso Central producido por una alteración de la circulación cerebral. Según el origen de esta alteración pueden clasificarse en ictus isquémico (85%) o ictus hemorrágico (15%). El ictus provoca alteraciones motoras y sensoriales que pueden permanecer en forma de secuelas e impactan negativamente en la calidad de vida (CV) de los pacientes. Las secuelas afectan a las actividades de la vida diaria (AVD) de los pacientes a su estado anímico y a la esfera social. El ictus también ocasiona una afectación en la CV de los cuidadores de los pacientes. La disfagia es una de las secuelas que impacta más en los pacientes y que más sobrecarga a los cuidadores.
El estado nutricional del paciente con ictus es un aspecto muy importante a tener en cuenta. La desnutrición es un factor pronóstico desfavorable en estos pacientes, con una mayor mortalidad y presencia de complicaciones tales como neumonía y otras infecciones y alteraciones de la integridad cutánea como úlceras por presión. En concreto, el índice de masa corporal (IMC) se relaciona inversamente con una mayor mortalidad. Así, los pacientes de bajo peso (IMC<18,5) son los que presentan una mayor mortalidad en comparación a los pacientes con normopeso. Los pacientes desnutridos al ingreso presentan un mayor número de complicaciones durante el mismo y los que están desnutridos en el alta presentan un peor pronóstico funcional a los tres meses.
Con todo lo anterior, debe evaluarse el estado nutricional de los pacientes con ictus, al igual que la presencia de disfagia, e iniciarse cuanto antes el soporte nutricional adecuado de aquellos que lo precisen1,2,3.
- Guía de Práctica Clínica para el Manejo de Pacientes con Ictus en Atención Primaria. Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad y Política Social. Unidad de evaluación de Tecnologías Sanitarias de la Agencia Laín Entralgo de la Comunidad de Madrid; 2009. Guías de Práctica Clínica en el SNS: UETS N.º 2007/5-2.
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