Una alimentación saludable debe ser suficiente, y por lo tanto cubrir las necesidades energético-proteicas para el crecimiento así como las necesidades de micronutrientes para optimizar el desarrollo infantil; equilibrada, conteniendo alimentos de los diferentes grupos en proporciones tales que aporte los nutrientes y energía necesarios; variada, para que fomente el aprendizaje y aceptación de los diferentes sabores y adaptada a la edad y condición del comensal.
La nutrición juega un papel esencial durante la infancia, aportando los elementos necesarios para que el desarrollo propio de esta fase se produzca de forma óptima.
El desarrollo durante la infancia conlleva el crecimiento y maduración de los órganos y sistemas del organismo que van a ser la estructura que funcione como soporte para la salud durante toda la vida. Así, problemas nutricionales en fases críticas del desarrollo infantilpueden condicionar el riesgo de padecer ciertas enfermedades así como el desarrollo cognitivo-intelectual a largo plazo en la vida (2-4).
(1) Peña Quintana L, Ros Mar L, González Santana D, Rial González R. Alimentación del preescolar y escolar. Protocolos diagnóstico-terapéuticos de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica SEGHNP-AEP. Cap 3, pag 297-305, Ediciones Ergon. 2010
(2) Koletzko B, Chourdakis M, Grote V, Hellmuth C, Prell C, Rzehak P, Uhl O, Weber M. Regulation of early human growth: impact on long-term health. Ann Nutr Metab 2014; 65 (2-3):101-9.
(3) Grantham-McGregor S, Baker-Henningham H. Review of the evidence linking protein and energy to mental development. Public Health Nutr 2005; 8(7A): 1191-201.
(4) Best C, Neufingerl N, van Geel L, van den Briel T, Osendarp S. The nutritional status of school-aged children: why should we care? Food Nutr Bull. 2010; 31(3):400-17.
Alteraciones nutricionales en la alimentación infantil
La valoración del crecimiento de los niños a través del peso y la talla refleja el estado nutricional en la infancia. Así, existen trastornos del estado nutricional por exceso (como es el caso de la obesidad infantil) y por defecto (como sería el retraso de crecimiento). Las alteraciones en el crecimiento y ganancia de peso (por exceso y por defecto) son determinadas principalmente por el aporte de energía (calorías) y de nutrientes como las proteínas (que actúan como “ladrillos” en el crecimiento de la estructura corporal). Más difíciles de detectar son los déficits de micronutrientes (vitaminas y minerales) que intervienen en numerosas funciones del organismo. Éstos se producen con facilidad por dos motivos: cuando la ingesta es insuficiente en energía y cuando la alimentación no es equilibrada. En el mundo occidental, el déficit de energía y proteínas de forma crónica es relativamente poco común aunque puede aparecer ligado a situaciones especiales como convalecencia, falta de apetito y otras. Sin embargo, los déficits de micronutrientes son altamente frecuentes, como lo demuestran revisiones sistemáticas de la literatura a nivel europeo (4-5).
Qué situaciones pueden ocasionar deficiencias nutricionales en los niños en edad escolar y preescolar?
Las deficiencias nutricionales son frecuentes en nuestro medio en niños con enfermedades crónicas como la enfermedad de Crohn. Sin embargo, frecuentemente existen padres de niños sanos preocupados tanto por la baja ingesta de alimentos de sus hijos como por el hecho de que ésta sea altamente selectiva. Además, la inevitable inquietud de los niños por jugar, divertirse y moverse pueden hacer más atractivas estas actividades que la que supone estar durante un período de tiempo relativamente largo sentado sin moverse durante las comidas. En todas estas situaciones, se debe potenciar la educación por parte de los padres que actúan como modelo, preparando un único menú común para toda la familia, que cumpla con los requisitos de la alimentación equilibrada, comiendo en familia alrededor de la mesa y sin distracciones como la televisión.
A menudo, la preocupación de los padres por la posible alimentación insuficiente de sus hijos, aunque justificada, probablemente no tenga consecuencias sobre el crecimiento y desarrollo de los mismos. Pero ¿cómo podríamos detectar si una alimentación es equilibrada o realmente insuficiente?
En primer lugar, para sospechar que la ingesta puede ser insuficiente, tendría que producirse un crecimiento de los niños lento y/o una pobre ganancia de peso en relación a la población general.
Por otra parte, aunque el crecimiento y ganancia ponderal fuesen normales, si la alimentación fuese desequilibrada (que no aportase todos los grupos de alimentos en proporciones adecuadas) podríamos sospechar de déficits, especialmente de micronutrientes. Una dieta para niños con insuficiente ingesta de lácteos incrementa el riesgo del desarrollo de una masa ósea de menor densidad; una dieta sin alimentos proteicos derivados de los animales como carne, pescado o huevo producen un alto riesgo de déficit de vitamina B12; una baja ingesta de verduras podría derivar en un déficit de ácido fólico; ambas vitaminas (B12 y ácido fólico) esenciales para el óptimo desarrollo y funcionamiento cerebral…
¿Cómo podríamos enriquecer la dieta para niños en nutrientes y energía cuando ésta es insuficiente?
Existen técnicas caseras sencillas que permiten aumentar el aporte de energía y de ciertos nutrientes en una dieta para niños sin aumentar el volumen de la ración (ya que en los niños inapetentes y/o cuya ingesta es insuficiente, puede ser difícil conseguir que coman una ración “estándar”).
Cuando el consumo de verduras no es suficiente, a menudo los padres las preparan como crema o puré para que los niños se las coman de forma más fácil. Sin embargo, a la larga, esta técnica puede ser insuficiente, pues a partir de cierta edad los niños no comen puré de verduras en todas las comidas. Técnicas para incrementar el consumo de verduras pueden ser: mezclarlas con la pasta en forma de ensalada o salteadas (como los espagueti con espinacas y champiñones), picadas y mezcladas con carne en forma de hamburguesa o albóndigas, como salsa en un plato guisado (como una carne estofada con patatas acompañada de salsa hecha a base de sofrito de verduras). El aprendizaje del gusto por la verdura en muchos niños es un proceso largo y costoso, pero se ha comprobado que ofrecer pequeñas cantidades para promover este aprendizaje en repetidas ocasiones (10 veces cada tipo de alimento como mínimo) incrementa la aceptación de los alimentos (6).
Cuando la ganancia de peso es pobre, se recomienda aumentar el consumo de grasas (preferentemente de alta calidad), como añadir aceite de oliva virgen extra de forma abundante a las diferentes preparaciones, o cocinar los pescados o verduras rebozados y fritos, o añadir frutos secos a los platos de ensalada, los yogures, etc.
Cuando además el crecimiento de los niños en altura también es pobre, además de incrementar el consumo de energía, se recomienda aumentar el consumo de alimentos ricos en proteínas. Para conseguir esto sin aumentar el tamaño de las raciones, se recomienda añadir carne picada, huevo duro, atún, queso…. a los platos de pasta, arroz, verdura, legumbre. Asimismo, la adición de salsa bechamel y queso para gratinar pastas y verduras (como las espinacas a la crema o la coliflor con bechamel) aumenta el aporte calórico y proteico de las mismas.
Desayunos saludables
Un desayuno saludable es esencial en la dieta de niños y adultos. Éste debería constituir un 25% de la ingesta diaria de energía (entre el desayuno y el almuerzo de media mañana). Por lo tanto, un desayuno incompleto puede ser una causa de ingesta de energía diaria insuficiente y de déficit de calcio. El desayuno es especialmente importante en niños y se ha demostrado que el rendimiento académico viene condicionado por la ingesta de un desayuno suficiente (7). Por todo lo anterior, cabe destacar la especial relevancia de ofrecer un desayuno equilibrado y suficiente a nuestros hijos.
Un desayuno saludable debería estar formado por un lácteo, un alimento rico en hidratos de carbono (como el pan o los cereales) y una fruta. Para que el desayuno tenga efecto sobre el rendimiento debería contener hidratos de carbono antes de ir al colegio. Ejemplos de desayunos equilibrados serían:
- Desayuno: leche con una tostada con aceite de oliva y queso. Media mañana: un plátano
- Desayuno: un yogur con fresas y cereales. Media mañana: un bocadillo de atún o jamón o queso
- Desayuno: leche con cereales (preferentemente integrales). Media mañana: una manzana y un puñado de frutos secos
Estas informaciones son orientativas y de carácter divulgativo. Cada niño debe ser valorado de forma individualizada por su pediatra de referencia.
(1) Mensink GBM, Fletcher R, Gurinovic M, Huybrechts I, Lafay L, Serra-Majem L, Szponar L, Tetens I, Verkaik-Kloosterman J, Baka A, et al. Mapping low intake of micronutrients across Europe. Br J Nutr. 2013;110:755–73.
(2) Elmadfa I. Energy and Nutrient Intake in the European Union. Ann Nutr Metab. 2004;48:1–16.
(3) Holley CE, Haycraft E, Farrow C. Why don't you try it again?' A comparison of parent led, home based interventions aimed at increasing children's consumption of a disliked vegetable. Appetite. 2015;87:215-22
(4) Adolphus K1, Lawton CL2, Champ CL2, Dye L2. The Effects of Breakfast and Breakfast Composition on Cognition in Children and Adolescents: A Systematic Review. Adv Nutr. 2016 May 16;7(3):590S-612S.