El estado o condición que está intrínsecamente relacionado con el envejecimiento y que parece preceder a la discapacidad es el síndrome geriátrico de la fragilidad. Se caracteriza por ser un síndrome médico de causas múltiples, por la presencia de una pérdida de fuerza y resistencia, por una disminución de la función fisiológica y por un aumento de la vulnerabilidad individual para desarrollar dependencia o fallecer1.
En el anciano frágil, la desnutrición es considerada como una de las principales manifestaciones clínicas que puede acelerar o potenciar el círculo vicioso de la fragilidad. Provoca consecuencias graves para el paciente, tales como2: disfunciones del sistema inmunitario y aumento del riesgo de infección, riesgo aumentado de patología aguda, mayor riesgo de caídas y fracturas debido a la disminución de la masa y fuerza muscular, mayor riesgo de institucionalización, hospitalización y aumento de los costes sanitarios derivados, y mayor riesgo de mortalidad.
La prevalencia de fragilidad en ancianos que viven en la comunidad oscila entre un 8,4 y 20,4%, y en residencias geriátricas puede alcanzar hasta un 68,8%3.
Para revertir la desnutrición o mejorar el estado nutricional, y al mismo tiempo mitigar o prevenir los efectos deletéreos de la fragilidad, recuperar masa y fuerza muscular y acelerar la recuperación funcional en ancianos desnutridos frágiles, se recomienda el uso de fórmulas nutricionales hiperproteicas, combinadas con un plan de ejercicio físico personalizado, la administración de Vitamina D y la reducción de la polifarmacia 1,4,5
1 Morley JE, Vellas B, Abellan van Kan G, et al. Frailty Consensus: A Call to Action. J Am Med Dir Assoc 2013; 14:392-7.
2 Pel-Littel RE et al. “Frailty: defining and measuring of a concept”. J Nutr Health Aging 2009; 13(4):390-394.
3 Ramos et al. Guía de Buena Práctica Clínica en Geriatría: Fragilidad y Nutrición en el anciano. Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. Ed. IMC 2014.
4 Volkert D et al. ESPEN “Guidelines on Enteral Nutrition: Geriatrics”. Clin Nutr 2006; 25: 330–360.
5 Abizanda P et al. Effects of an Oral Nutritional Supplementation Plus Physical Exercise Intervention on the Physical Function, Nutritional Status, and Quality of Life in Frail Institutionalized Older Adults: The ACTIVNES Study. JAMDA 2015; 16 (5): 439.e9–439.e16 http://www.jamda.com/article/S1525-8610(15)00150-4/pdf